
Barranquismo en el río Júcar, cañón del Ventano del Diablo (Cuenca)
Sin duda, Cuenca es una provincia que nos ofrece grandes posibilidades en cuanto a deportes de aventura (y relacionados con la naturaleza) se refiere. En esta ocasión hemos decidido visitar el barranco más popular de la zona, el conocido como el “Ventano del Diablo”.
Una de las características más interesantes de este barranco es que se puede adaptar al nivel de dificultad deseada, por tanto, es adecuado para todas las edades y niveles. De hecho, se puede realizar esta actividad sin que sea necesaria una experiencia previa de ningún tipo. En función del nivel de cada uno, tampoco es preciso contar con cuerdas o elementos similares para afrontar la aventura y disfrutar de este divertido entorno acuático.
El descenso de barranco, o barranquismo, nos permite disfrutar de la naturaleza de un modo diferente, a través de una actividad que nos ayuda a descargar todo el estrés acumulado en la vuelta a la actividad laboral. Al practicar este entretenido deporte, caminaremos, nadaremos, saltaremos y, dependiendo de la dificultad elegida, incluso haremos rápel. De hecho, a medida que se recorre el cauce del río, se van encontrando cascadas, saltos, toboganes y tramos encañonados para conseguir una experiencia realmente inolvidable. Eso sí, para disfrutar plenamente de esta actividad no hay que tener fobia a las alturas y, por supuesto, es necesario saber nadar.
Como alternativa, si ya has experimentado previamente una actividad de este tipo y te gusta la aventura, puedes probar también los barrancos de cuerda situados en los alrededores, como los de Poyatos, Portilla, Hoz de Somera, etc.
Actividad y aproximación
Antes de llevar a cabo el descenso de barranco, es importante equiparse de forma adecuada y ponernos el material técnico necesario que nos proporciona la empresa a la que hemos contratado la actividad. El neopreno y el casco son básicos. Es recomendable realizar siempre este tipo de prácticas apoyándose en empresas y guías profesionales, que sabrán indicarte las rutas y saltos adecuados, evitando los múltiples peligros que puede haber a lo largo del cauce de un rio (remolinos, pozos, rocas no visibles…).
Por tu parte, solo tienes que llevar un bañador y unas zapatillas de deporte o de montaña (importante, que puedan mojarse).
En cuanto al calzado, es aconsejable que tenga la suela rígida para pisar con firmeza en las rocas y no hacernos daño. Teniendo en cuenta que vamos a estar mojados durante varias horas, sería también aconsejable llevar ropa de cambio.
Para acceder a este barranco aparcamos el coche en una pequeña explanada junto al mirador del Ventano del Diablo. Tras el panel informativo podemos ver un pequeño sendero que nos lleva hasta el cauce del río. Durante el trayecto debemos atravesar un túnel, que fue construido por la empresa hidroeléctrica que explota el Salto de Villalba. Para cruzarlo no es necesario utilizar frontal o linterna, ya que este es recto y tiene suficiente visibilidad como para atravesarlo a un ritmo adecuado.
Al salir del túnel empezamos a adentrarnos en una zona con más vegetación y encontramos un acceso hacia la orilla del río.
Descenso de barranco
Villalba de la Sierra
2 horas
Baja (con una condición física normal)
10-15 minutos
10 minutos
+/- 100 metros
Cualquiera
Comienza la aventura
Por fin llegamos al agua. Afortunadamente, el río Júcar tiene un buen caudal para la época en la que nos encontramos. Empezamos a meternos y el agua inunda nuestro neopreno, con el consiguiente escalofrío por el cambio de temperatura. Ya aclimatados comenzamos a nadar y a disfrutar de pequeñas cascadas que vamos encontrando. Una experiencia muy interesante es colocarse de espalda a ellas y dejar que el agua pase sobre el casco creando una lámina de agua frente a nuestros ojos.
Continuamos el cauce del rio y, con los pies por delante —tal y como nos explicó el guía— la corriente nos lleva hasta nuestro primer tobogán. Al caer permaneces unos segundos bajo el agua y la misma fuerza que te ha empujado te vuelve a sacar a la superficie. Es importante mantener la calma en este tipo de situaciones.
Más adelante vemos un agujero entre dos rocas con un tronco delante, que esconde un escenario que llama nuestra atención, con pequeñas cascadas y corrientes que dejan ver una gama de colores realmente singular.
Después de esta pequeña parada llegamos a una enorme roca, que está inclinada y desde la cual se puede para luego saltar al agua desde una altura ya considerable. Es realmente divertido. Repetimos este salto varias veces, al igual que hicimos con otros saltos y toboganes que encontramos durante el recorrido, disfrutando de cada elemento que nos ofrece la orografía del tramo.
Por ejemplo, justo al lado de esta roca hay un pequeño camino de subida, entre las paredes del cañón, desde el que es posible realizar un salto de aproximadamente cuatro metros.
De hecho, a lo largo del trayecto encontramos nuevos toboganes, cascadas y saltos que, en ocasiones, nos permiten hacer actividades en grupo. Es el caso de un tobogán en el que todos los participantes nos agarramos de los pies… la corriente hizo todo lo demás.
Pero más allá de los saltos, durante la actividad fuimos también conscientes de la belleza del entorno que nos rodea. En muchas ocasiones nos encontramos entre altas paredes, rodeados de vegetación y de agua.
Finalmente llegamos a una poza donde llevamos a cabo el salto de mayor altura (12 metros). Y un poco más adelante otro salto más pequeño, de tres metros, pero muy divertido, pues existe una zona para coger impulso en carrera.
Después de esta zona, en el lateral izquierdo, podemos ver un sendero que enlaza con el camino por el que hemos bajado, que nos lleva de nuevo al aparcamiento.
DÓNDE DORMIR
Las Majadas (Cuenca)
120 € / noche (2 personas, fin de semana)