
Otra de las innovaciones de HP que podría calificarse de disruptiva es HP PageWide. Esta tecnología trabaja a una velocidad de hasta 70 ppm, lo que significa, por ejemplo, poder imprimir un libro de más de 600 páginas en menos de 10 minutos. Eso supone prácticamente duplicar la velocidad de impresión convencional, con la ventaja añadida de que se obtiene el mismo acabado profesional.
Gracias al trabajo desarrollado en los laboratorios de la multinacional, aparece un nuevo diseño en los equipos: los tradicionales cabezales que se movían a lo largo de la página han dejado paso a un único cabezal de impresión estático, cuyo ancho es igual que el de la página. De esta forma, es el papel el que se desliza y el cabezal queda estático.
Los beneficios de este nuevo planteamiento: la posibilidad de imprimir una página de una sola pasada —0,8 segundos por página—, la eliminación de partes móviles que incrementaban el ruido y demoraban la operación, y una mayor durabilidad del cabezal.
A ello se suma, además, una mayor fiabilidad con la impresión de más de 200.000 páginas sin ningún fallo. En consecuencia, los ahorros estimados, tanto en consumibles (medido en coste por página) como en consumo energético, se pueden situar en un 50%, llegando a escalar en determinadas circunstancias hasta el 80%.
En cuanto al acabado, el cabezal ofrece resoluciones de hasta 1.200 ppp e incorpora más de 42.240 inyectores de gran precisión a la hora de controlar tanto la trayectoria como la uniformidad de los millones de gotas de tinta que expulsan por segundo (una proporción de 47,2 por milímetro).
Una precisión, por otro lado, para la que también entra en juego la innovación de HP aplicada a la propia tinta que, además de ofrecer mayor resistencia a la humedad y dar lugar a colores más saturados, confieren a los documentos un acabado equiparable al mundo láser.