
¿Lo has notado ya? ¿Te han hablado de ello? Está en el aire… Se acerca una nueva ola digital. Llegó Internet y lo cambió todo, y pronto sucederá de nuevo.
Su llegada repercutirá sobre el mundo de los negocios y el mercado de empleo. Se prevé, por ejemplo, que la realidad aumentada genere en 2020 un negocio de 150.000 millones de dólares, frente a los 5.000 millones de dólares con los que cerrará el 2016. Esto abrirá muchas oportunidades al emprendimiento, pero también a los negocios tradicionales y consolidados que apuesten por crecer.
Transformará también el mercado laboral. Por ejemplo, Internet de las Cosas (IoT) tiene hoy cerca de 300.000 profesionales especializados y necesitará multiplicar por 15 su fuerza laboral para el año 2020.
Llegó Internet y cambió todo. Con la nueva ola digital sucederá de nuevo
Cada día son más numerosas las pruebas:
La realidad aumentada permite transmitir y consolidar conocimientos mediante la inmersión virtual en mundos enriquecidos. El proyecto Magic Book de la Universidad de Canterbury y juegos como Environmental Decectives, del MIT, no dejan lugar a dudas.
Los juegos digitales son un instrumento muy eficaz para luchar contra la exclusión social, estimada en más de 120 millones de personas en Europa. En particular, a la hora de formar a los niveles más bajos de la población y a las personas en proceso de reinserción. En algunos casos es lo único que funciona.
Los drones están revolucionando las operaciones de salvamento y rescate, pudiendo cubrir zonas de 12km2 en menos de un minuto. Por ello, este verano fueron parte del paisaje de nuestras playas, donde han llegado para quedarse.
La impresión 3D permitiría “recuperar” monumentos, en estos momentos amenazados. Tras la destrucción del templo sirio de Baal Shami, en Palmira, por el Estado Islámico, la Unesco ha anunciado la distribución de 5.000 cámaras fotográficas 3D en Oriente Próximo. Su objetivo es capturar tantas imágenes como sea posible del patrimonio en peligro, para poder crear una réplica perfecta —si fuera necesario— que nos permita no olvidar la historia.
La bioimpresión permite fabricar tejido hepático impreso, lo que reducirá el tiempo de desarrollo de nuevos medicamentos desde los 12-15 años hasta los 2-3 años. Esto supondría un ahorro de costes superior a los 20.000 millones de dólares sobre el total de los 50.000 dedicados cada año a esta partida. Además se espera que repercuta, por supuesto, sobre el coste de nuevos medicamentos.
Tras el despegue de IoT, Google y la farmacéutica suiza Novartis firmaron un acuerdo en 2014 para la fabricación y comercialización de lentillas inteligentes para diabéticos. En 2015 anunciaron también que, para lograrlo, trabajarían con su competidora, la farmacéutica francesa Sanofi. Hoy esta tecnología es ya una realidad, a la espera de su despegue final, permitiendo así a las personas que padecen esta enfermedad (387 millones en el mundo) medir el nivel de glucosa en todo momento y de forma no invasiva.
Por todo ello, quiero aprovechar la oportunidad de lanzar desde aquí un importante mensaje. Esta nueva ola digital llega cargada de incertidumbre y miedos —¿Qué pasará con la privacidad o con la seguridad?, ¿hasta dónde puede llegar la tecnología?—, es cierto, pero ¿no es verdad que podría llegar a poner un punto final a muchas enfermedades, que podría marcar una nueva etapa en la educación y, además, generar mucho empleo?
Por ello, si aún tienes dudas e incluso miedo, tenlo presente, es un momento histórico, apuesta por subirte a surfear la ola…