
Ruta al castillo de Azagala, en Alburquerque (Badajoz)
Esta ruta era el camino que utilizaban nuestros ancestros para comunicar dos de los castillos más imponentes de Extremadura: el de Luna y el de Azagala, ambos situados en el municipio de Alburquerque (Badajoz). La meta de nuestra ruta es el castillo de Azagala, de propiedad privada y que actualmente se encuentra en estado de abandono. Seguramente, con el paso del tiempo se convertirá en otro de esos monumentos históricos ruinosos y caídos en el olvido, que se irán deteriorando poco a poco.
Por dar algunos datos, su construcción de mampostería y sillarejo data aproximadamente de mediados del siglo XIII. Esta fortaleza tiene forma rectangular y se divide en tres recintos. Destacar la torre de Armas (una imponente mole cuadrada de dos plantas), la torre de Humos (en cuya planta baja se encuentra la capilla), la torre del Homenaje (con ventanas y un campanil de estilo mudéjar) y la torre de las Tres Esquinas, de planta triangular.
Senderismo
Sierra de San Pedro
26 kilómetros (ida y vuelta)
7/8 horas (depende de las paradas)
Media
Alburquerque (Badajoz)
La ruta
El itinerario tiene una distancia aproximada de 26 kilómetros (ida y vuelta). La ruta comienza en la plaza de toros de Alburquerque (Badajoz). Se puede hacer andando, en bicicleta o a caballo. El camino empieza en una pista asfaltada conocida como “Elvira Vacas” que pasa por las sierras de Santa Lucía, del Ojo y de los Santiagos, donde iremos encontrando las típicas huertas y granjas familiares rodeadas de encinas y alcornoques. En este trayecto aparecen diferentes indicaciones que nos permitirán visitar las ruinas de un convento franciscano (Frailes Viejos), el alcornoque “Abuelo”, el observatorio Puerto del Centinela, el “Ojo del Diablo” y la fuente de la Vaca, que en verano se convierte en una improvisada piscina.
Más adelante, un cartel de pizarra nos indicará que tenemos que seguir a la izquierda una pista de tierra en dirección al castillo de Azagala, que se sitúa junto al pantano Peña del Águila. Todavía no se vislumbra esta formidable fortaleza, pero estamos disfrutando de un entorno en el que se pueden ver algunos cortijos y donde los ruidos de la naturaleza inundan nuestros sentidos. De aquí en adelante, la mayoría de los carteles que indican el camino han desaparecido, por lo que es recomendable llevar un mapa del terreno para evitar perderse.
Hay que recordar que el castillo está en lo alto de la sierra de Santiago, bordeado por el pantano y cerca del barranco de la desembocadura del Albarragena. Por fin divisamos a lo lejos la fortaleza de Azagala, por lo que nuestro objetivo cada vez se encuentra más cerca. El camino de ascenso al castillo es privado, pero no hay ningún impedimento que nos impida seguir con nuestra ruta. Las vistas desde está zona solo son superadas cuando llegamos al castillo, donde se puede contemplar una panorámica de las sierras que rodean al pantano Peña del Águila.
La visita de Azagala no hace más que corroborar la grandeza de este castillo, desgraciadamente abandonado, cuyas murallas han sido testigos de años de grandeza. En el camino de vuelta a Alburquerque recordamos lo que significó para sus habitantes vivir en este entorno privilegiado, donde la naturaleza sobresale por encima de todo.
La ruta se puede realizar en cualquier época del año, aunque durante la primavera y el verano es más fácil encontrar especies de aves migratorias y otras rapaces, como son la cigüeña negra, el alimoche, el buitre negro o las águilas reales y culebreras. En otoño, al coincidir la berrea, incluso se pueden escuchar los bramidos y el choque de cornamentas a la orilla del embalse.
DÓNDE DORMIR
26 kilómetros (ida y vuelta)
924 400 251
Desde 60€/noche en habitación doble